jueves, 17 de mayo de 2007

DIARIO DE ANDRES FAVA

Noches de plazas, de capuchinos, de ardientes nadas...El amor mirado desde una tacita de café,el precio de un silencio.

Ciertas caricias, la extremidad apenas material de un dedo rozando la nuca, donde vive la especie más dulce de cosquilla.

La idiotez de decir: Dispongo de poco tiempo. Cuando es el tiempo el que dispone poco o mucho de ti.

Y no te olvides;sólo una cosa es necesaria: Todo.

Que mi tiempo sea yo, o yo mi tiempo, constituye otro problema.

Lo contrario de la realidad, es la realidad. Si no le creemos al razonar (que busca y alcanza SU verdad, no siempre la nuestra), la piel lleva a creerla, a aceptar su confusa y continua aseveración.

Querer en el recuerdo -no exactamente un recuerdo, sino emociones y sentimientos que en el recuerdo persisten adheridos a su materia deseada y servida. Especial tonalidad de ese querer: lo que hace tan penetrante es que vale como un sentimiento vivo y actual aplicándose a una materia parecida. SENTIR hoy lo que entonces FUE.

Como si en sueños se alcanzara a veces la pureza necesaria para atrapar esencias, ciertas fábulas soñadas dejan al despertar la ansiedad maravillada del que retorna del mar, de una cima, de las sustancias originales.

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